Por Ginés J. Vera
Nos concede una refrescante y mediterránea entrevista para La ardilla literaria el escritor Sebastià Marí Crespí (Palma, 1958). Director de la revista socioeducativa “Tres Quarts” (1997-2007). Cofundador de la editorial Inrevés Edicions (2002-011), entre cuyas ediciones destaca la novela gráfica “Maus, relato de un superviviente”, de Art Spiegelman, premio Pulitzer 1992 (edición en catalán y gallego), y la revista NSLM “Nosotros somos los muertos”, dirigida por Pere Joan y Max (segunda etapa), premio Junceda, 2007 y premio Salón del Cómic de Barcelona a la mejor revista de cómic, 2007. Autor del libro “Tant si plou com si fa sol” (1994). Actualmente coordina la editorial Disset Edició (Mallorca).
P.: Podemos decir que «Lorena y el inventor de palabras» es una novela negra, pero también que es una novela negra poco convencional por varios aspectos. Háblenos de eso que la distingue del resto del género y por qué dar un paso adelante en la novelístisca justo con la narrativa negra.
Cuando empecé a escribir «Lorena y el inventor de palabras», eran momentos personales complicados y necesitaba tener mi mente ocupada varias horas al día. Escribir fue un buen recurso y aquí nació «Lorena y el inventor de palabras.» Es cierto que la novela es poco convencional respecto a la mayoría de novelas negras, me motivó crear una trama coral ubicada en un entorno mediterráneo lleno de azul de mar. Tal vez, el rasgo más singular de la novela, es que la investigación no la realiza un detective o un investigador profesional. La investigación corre a cargo de un grupo de amigos que casi sin querer se ven implicados en la resolución de la muerte de una persona conocida.
P.: El prólogo corre a cargo de Max, es decir, Francesc Capdevila, el historietista, ilustrador, y revolucionario de la historieta española, fundador de «El Víbora.» Eso sí es tener buenos amigos, un poco como el protagonista de Lorena y el inventor de palabras. ¿Cómo fue recurrir a él para esta primera incursión en la narrativa?
Max (Francesc Capdevila), es un buen amigo, compañero de aventuras editoriales y una persona con criterio literario. Me atreví a enviarle las primeras 40 páginas para que me diera su opinión. En principio se sorprendió, pero pese a su cautela inicial me dio su opinión sobre lo que le gustaba y lo que debía mejorar (muchas cosas), también me animo a seguir escribiendo y este hecho fue clave para proseguir. Contar con el prologo de Max es un privilegio.
P.: Si el personaje de Lorena está en el título de la novela y en el centro de la trama, también lo está Max Seal. Es un personaje peculiar desde el mismo momento en el que es contratado, lo digo por su “modus vivendi.” Coméntenos cómo fue la creación de este personaje y esos guiños a la gastronomía que recuerdan salvando las distancias a un Pepe también muy literario.
Hace unos años leí en una revista de viajes, una entrevista a una persona que vivía en un barco y que trabajaba profesionalmente creando palabras para marcas comerciales. El modo de vivir de esta persona me inspiro la creación del inventor de palabras (Max Seal). En mi opinión, la gastronomía es uno de los mejores placeres cotidianos, puedo confesar que he podido degustar todos los platos que salen en la novela. Efectivamente y salvando las distancias, siento complicidad por los gustos gastronómicos de los protagonistas de las novelas de Vázquez Montalbán y de Andrea Camilleri (Pepe Carvalho y el Comisario Montalbano).
Hay una parte importante de la trama que evoca alguna de las experiencias vividas por Ulises en su viaje de retorno a Itaca, como el episodio del canto de las sirenas. La seducción y el poder, en la antigüedad y actualmente son elementos que influyen notablemente en la sociedad (aunque a veces no lo percibamos con claridad). También hay algunas referencias literarias de novelas de Andrea Camilleri, sobre los entramados ocultos del poder.
P.: Como en toda buena novela negra que se preste palpitan temas profundos más allá de la investigación de Max Seal. Aprovecho para preguntarle por lo que no se ve en la novela pero sí está, por ejemplo, una velada crítica social a la condición humana o al expolio del medio ambiente en nuestro precioso Mare Nostrum.
Si, en la novela se visualiza o se intuye el “sinsentido” de la destrucción y expolio del medio ambiente en el Mediterráneo continental y en el insular. Una destrucción que ha puesto en grave peligro el patrimonio natural y los recursos naturales.
Respecto a la condición humana, cito textualmente las palabras finales del prologo del libro: …“Pero no nos dejemos engañar: incluso bajo esa luz dorada y amable de los puertos mediterráneos, incluso bajo las delicadas sombras azules que proyecta en sus idílicas costas, reptan también la codicia, la corrupción y la maldad”.
P.: Última pregunta, quizá la más osada. Creo posible volver a encontrarnos a Max Seal en otra aventura. Quizá con Brafia también como escenario. ¿Nos puede adelantar algo?
En estos momentos respeto el descanso de Max Seal en su querida “Brafia”, pero no descarto volver a embarcarle en nuevas aventuras.
Lorena y el inventor de palabras. Sebastià Marí Crespí. Milenio editorial.
https://www.edmilenio.com/esp/lorena-y-el-inventor-de-palabras.html
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