A mi hija
Es bandera en tu rostro esa sonrisa
que ondea con el aire de mi vuelo;
terciopelo del día y cascabel
que tu
gracia en sordina me preludia.
El cristal de tu risa se abre en curva
de esquina a esquina de tu boca,
de punta a punta de tus labios:
cuánta luna
me escondes en tus dientes.
Y su fulgor sin sombra me derrota;
su don me rinde, su total caricia:
arco de luz que sin saeta tensas
y en lo
hondo hiere como hiere un beso.
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