Por una parte, es la narración cronológica de Bjorn, un abogado penalista que se aprovecha de las lagunas legales para librar de la cárcel, por ejemplo, a un matón; pero los retos no acabarán ahí. Tampoco el humor y la crítica.
Porque esa parte de la novela puede entenderse como eso, una metáfora de nuestra vida occidental sustentada por el valor del dinero y ciertos dilemas éticos que Dusse trata con hilarante desparpajo. Desde el sistema legal a la búsqueda de guardería o la maldición de nuestros teléfonos móviles, todo encaja en esta historia llena de sorprendentes giros y una galería de personajes memorables.
Por otra, tenemos que cada uno de los capítulos se abre con una cita de cierto libro llamado Desacelerar en el carril de adelantamiento. Este tiene por subtítulo mindfulness para ejecutivos y en él se abordan temas relacionados con el bienestar personal. De esta guisa, Dusse también enhebra esta novela con la atención plena y la trama central de las peripecias de Bjorn Diemel, quien decide inscribirse a un curso de mindfulness para poner fin a sus tensiones vitales.
La única solución que se le ocurrirá para encontrar la paz interior será una más bien drástica. Una capaz de eliminar todo lo que interfiera con su serenidad y le impide disfrutar del presente. Aunque ello implique llegar a sus últimas consecuencias, claro.
Karsten Dusse es abogado y lleva años trabajando como guionista para varios formatos televisivos. Ha ganado el Premio Alemán de Televisión y varios premios Comedy de Alemania, aparte de haberse contado entre los finalistas del Premio Grimme. Con su primera novela Mindfulness para asesinos inaugura una serie que ya cuenta con más de 2.500.000 lectores.
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