La condena, El fogonero y La transformación se gestaron a finales de 1912, uno de los períodos más productivos de la vida de Kafka. Se da la circunstancia de que el autor quiso que las tres se publicasen en un solo volumen, el invierno de 1912 a 1913. Pero a pesar de la cohesión temática, alrededor de las relaciones paternofiliales, la culpa y el papel sufriente del hijo, de los que el propio Kafka era conocedor por su relación con su padre, no se publicó.
En La condena, el protagonista es Georg Bendemann, un joven comerciante, cuyo encuentro con su anciano padre, para comunicarle que acaba de comprometerse se transforma en una pesadilla repleta de reproches. En El fogonero hallamos al joven Karl Roßmann, a quien sus padres lo envían a New York tras un escándalo, en busca de fortuna. Esta narración se publicó como primer capítulo de la novela El desaparecido, publicada póstumamente.
Por último, La transformación o La metamorfosis como también se ha venido traduciendo, es quizás la obra breve más famosa de Kafka. El protagonista es Gregor Samsa, cuyas peripecias comienzan el día que se descubre convertido en un “monstruoso insecto” en la casa de su familia. Tras enfermar de tuberculosis, Kafka falleció en un sanatorio de Kierling (Austria), en junio de 1924. Según sabemos, poco antes pidió a su amigo y editor Max Brod que destruyera toda su obra inédita. Pero este contravino ese deseo y se encargó de publicar póstumamente algunos de los manuscritos, como los de las novelas El proceso y El castillo. Como decía, cien años después del fallecimiento de este gran autor, ve la luz en un solo volumen estas tres obras tal y como él deseó, bajo el título Los hijos.
Franz Kafka nació en Praga en 1883 y estudió Derecho. Su obra, de las más influyentes de la literatura universal y escrita íntegramente en alemán, trata cuestiones como los conflictos paternofiliales, la burocracia, la violencia y la culpa. Autor de las novelas El proceso, El castillo y América (El desaparecido), escribió también una gran cantidad de cuentos. Dejó una abundante correspondencia y escritos personales, como la Carta al padre y las Cartas a Milena. Murió en Kierling (Austria), en 1924 y se lo enterró en el Nuevo Cementerio Judío de Praga.
Los hijos. Franz Kafka. Nocturna ediciones. Trad.: Juan José del Solar
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