Comparto
la entrevista que me concedió el escritor madrileño Fernando García Maroto,
autor de la novela Retrato robot (Vencejo ediciones). Una novela sobre la identidad y el deseo de conocer la verdad, como nos cuenta a lo largo de esta entrevista.
P.:
Empecemos por el título de su novela. Además de figurar en el
interior, como título de una actividad ideada por el protagonista,
intuyo que encierra más de lo que aparenta. ¿Es así?
R.:
Uno de los temas de esta novela, entre otros, acaso el más
importante o esa era mi intención en un principio, es la identidad:
me interesa mucho el modo en que nosotros mismos nos construimos y
nos percibimos, el modo en que los demás nos ven y nos valoran, y la
posible adecuación o resistencia a esa imagen personal que se va
formando poco a poco a partir de versiones múltiples, a veces
incluso contradictorias; una imagen que no siempre es completamente
real, aunque tampoco del todo falsa.
P.:
El arrepentimiento, transformado en la necesidad de hallar la verdad,
el nexo entre las sospechas y lo real, lo tangible se me antoja que
es uno de los hilos argumentales de esta novela. ¿Nos lo comenta?
R.:
Intento ―con mayor o menor fortuna según los casos, eso sí―
introducir en cada una de mis historias anécdotas o referencias o
temas que todos podamos identificar de manera sencilla, casi
automática, y no creo que haya nada más universal que el afán por
saber (como si fuera el pecado original de lo que estamos hablando;
de ahí, tal vez, el sentido del arrepentimiento del que usted tan
acertadamente habla), la necesidad de conocer la verdad, que en
ocasiones está oculta, aunque no lo parezca o no lo creamos: por eso
hay que sospechar, indagar, plantear preguntas, porque la realidad no
es lo que parece, ni tampoco lo que aparece sin más en un primer
momento.
P.:
Tres personajes de Retrato robot tienen como apelativos el
Mafioso, el Músico y el Mecánico. Que los tres tengan en común la
letra eme, no creo que sea casual; acaso tampoco que la mujer del
protagonista se llame Miriam, también con eme.
R.:
Por supuesto que no es casual: las casualidades no existen, y menos
en los libros, o no en los míos. Elegí esa letra, la M, por mi
segundo apellido, y procuré que los apelativos de estos tres
personajes tan importantes en la novela se adecuaran a ella. Y fíjese
también que la otra mujer protagonista responde al nombre de Mónica;
de este modo, tenemos la letra M y las cinco vocales. Como he dicho
antes, no debemos olvidar que la literatura es además juego. Un
juego que concierne sobre todo al escritor, pero al que se invita a
participar, siempre, al lector.
P.:
Creo que las pérdidas, ya visibles ya invisibles, no solo son uno de
las motivaciones del protagonista. También en la vida real nos
empujan a hacer, a salir de nuestra zona de confort. No sé si está
de acuerdo con esa cita de que el ser humano llega más lejos para
evitar lo que teme que para conseguir lo que quiere.
R.:
Yo diría que a medias: en ocasiones, la ambición sí supera con
creces a la prevención; el deseo por conseguir puede ser más fuerte
que el temor a perder. Aunque supongo que esta decisión depende
mucho del carácter de cada persona. En cuanto a los personajes de la
novela, sí es cierto que sus fracasos y sus pérdidas condicionan su
actitud, les obligan a comportarse de una forma determinada, que
siempre los arrastra fatalmente a otros fracasos y más pérdidas;
una cadena infinita.
P.:
Rescato un pasaje de su novela porque me parece muy significativo.
“Los relatos no cuentan todo, solo insinúan la verdadera historia,
que es subterránea. Las novelas camuflan y mienten, lo hacen
siempre, capítulo a capítulo.” ¿Ocurre también así en Retrato
robot?
R.:
Especialmente en Retrato robot. Hay en esta novela mucho que
ocultar, mucha historia subterránea que desenterrar, capítulo a
capítulo, párrafo a párrafo, hasta llegar al desenlace final. Pero
no quiero anticipar acontecimientos ni tampoco que se me
malinterprete: no es mi intención en absoluto engañar
deliberadamente al lector, sino hacerlo partícipe del misterio,
crear un estrecho vínculo literario entre nosotros.
Fernando García Maroto es Licenciado en Ciencias Matemáticas por la Universidad Complutense de Madrid García Maroto ha publicado anteriormente las novelas: La geografía de los días (2010), La distancia entre dos puntos (2011; reedición por LcLibros, 2014), Los apartados (Editorial Eutelequia, 2012), esta última galardonada con el Premio Eutelequia de Novela, en 2011, Que se enteren las raíces (Triskel Ediciones, 2015) y La carga (Malbec Ediciones, 2019). También ha publicado cuatro libros de cuentos: La vida calcada (Editorial Paroxismo, 2013), Arquitectura del miedo (UnoYCero Ediciones, 2016; reedición LcLibros, 2020), La persistencia del frío (Maclein y Parker, 2017) y Aceleración de la realidad (Maclein y Parker, 2021). Ha colaborado con sus artículos para la revista cinematográfica digital Miradas de Cine. Asimismo, forma parte de la plataforma literaria digital Escritores Complutenses 2.0. Actualmente compagina la escritura con su trabajo como profesor de enseñanza secundaria.